We’ve updated our Terms of Use to reflect our new entity name and address. You can review the changes here.
We’ve updated our Terms of Use. You can review the changes here.

Perro Lobo

by Perro Lobo

/
  • Streaming + Download

    Includes high-quality download in MP3, FLAC and more. Paying supporters also get unlimited streaming via the free Bandcamp app.

    Si no tienes cuenta en paypal, tarjeta de crédito o dinero, haz click en "buy now", pon 0 € en la cantidad y el disco se descargará directa y gratuitamente (la pasta es solo un donativo que nos puedes dar si te apetece).
    Purchasable with gift card

      name your price

     

1.
Las cosas no van bien en este desierto de ladrillos, de heridas, cristales, premios y castigos. Las hostias del hastío, la inocencia en el exilio, ves pisadas resbaladas en el barro del camino. Las ilusiones arrasadas no son sólo cosas de niñxs. Tú tiras hacia delante despreciando los instintos. Nada has elegido, fugitivx de ti mismx. Nada hemos elegido, pero aun así seguimos vivxs. Fumando cigarrillos, olvidando lo intuído. Comprando los motivos para seguir siempre jodidxs. Te habrás convencido de que eres tú mismx, pero volar no es caer en el vacío. Con el coche, los cubatas, el trabajo y la tele… una mierda recién hecha, blandita y caliente. Consumes, produces, te pudres, te duermes, te mueres. Tener para no ser. Botón de autorreverse. La rueda productiva supera a la propia vida. Tener para no ser. Botón de autoreverse. Vida sometida al ir y venir de mercancías. Tener para no ser. Integrismo de occidente. En las noches la almohada es tu único enemigo pero debajo de tu cama se esconde el capitalismo. Melodía triste sobre el ritmo del mercado, arrastras los pies, arrastras la manos. El barrio, hormiguero mercenario. Obrero, con anhelos de empresario. Comunistas gritan “no pasarán”… Joder, hace ya tiempo que pasaron: cárcel, nucleares, granjas industriales, chabolas, manicomios, lxs tiradxs de la calle, adultxs amargadxs diseñando a lxs chavales, ayuntamientos tapando la heroína, la cochambre y el hambre. El hambre. El hambre te la encuentras de paseo por “Portales”. Los barrotes de tu cárcel con tu aliento los dibujas empañando escaparates. El (la) niñx que eras es tu lastre, calcula las dimensiones del desastre. Calles, paisajes (percepciones) no se comparten. Nos esforzamos en no enterarnos pero cada día formamos parte de una fórmula que formula ecuaciones económicas que sólo benefician a una cúpula. Junta de magnates, verdaderos gobernantes de un mundo convertido en su fábrica, en su centro de reclutamiento, en un muladar, en las balas que mordieron las piedras de tapias en cunetas, caminos y cementerios (1936…). Sólo somos mendigxs de emociones y momentos que nos digan que tenemos una vida propia. En la inopia. Perpetuando la utopía de quienes joden cualquier vida que se interponga en el camino de sus beneficios. Y ni en el ático de su edificio hay orificio para la ética, así que, chicx, olvídate de que ellos cambien, que es matemática y apática su jodida manera de proceder… ¿Y qué vamos a hacer? ¿seguir siendo bolsas de plástico a merced de la tormenta y dando cuerda a la tragedia? en esta ciénaga, en este lodazal no hay nada. Una coral de cantos de sirena y poco más. Ruido en tus ojos. Nada en tus manos. Sólo un manojo de vínculos rotos a una tierra olvidada. Y al final del callejón luces de neón que invitan a acercarnos a la inercia que nos traga. Y al final del callejón luces de neón que incitan a adentrarnos en la inercia que nos traga. Cocacola para todxs, y algo de comer.
2.
Germinan 05:03
Días malos. Días pasados. Días pasados muy lejos abrazado a los escombros de mis ruinas. Heridas superficiales como siempre haciendo sangre. Dolor, desgana, desgaste. Acabar amando el tacto del fondo tocado no era un buen plan, pero era fácil. Mi agilidad vital rendida a la deriva de la oscuridad, donde oran al Corán del qué dirán, donde madres fascistas dicen a sus hijas que busquen a un hombre con proyecto de vida. Quieren decir “busca dinero y estatus, degrádate, prostitúyete, asume que sólo eres una mujer y que tu meta está en arrodillarte”… Pero una noche en el tejado de un viejo edificio, AKA otra escama más sobre la piel de aquel inacabable hormiguero mexicano, yo tuve la suerte de respirar el aire puro del punk y la amistad, de apreciar las estrellas en mitad de una gran ciudad y de ser correspondido por miradas que, aun adaptadas a la vida en las cloacas, eran descaradas por su brillo. Llegaba a mí una botella con mensaje. Vivir lo que escribí en un fanzine seis años antes. Un signo en el lenguaje de uno mismo. Un guiño en el viento, casual pero inyectado de cariño. Vino volando sobre los páramos del pasado, por encima de la neblina del tiempo perdido, desde los montes de los momentos lejanos y me trajo el recuerdo de un tiempo en el que las cosas llegaron a tener un poco de sentido. En la mañana amanecían las paredes de mis entrañas con pintadas aun frescas que gritando preguntaban que por qué, maldita sea, he de rendir cuentas a una sociedad que me revienta, que me impone vivir como un mero matiz del débil reflejo que la muy jodida quiere dar de mí, lanzándome parámetros cruzados: consumo y trabajo; estado mercado; virtud pecado; premio castigo; normal o raro; que soy sólo o su éxito o mi fracaso… Antes de nacer yo ya era un perdedor. Lo tengo claro con lo encontrado a mi alrededor: educación competitiva y general admiración por aquel que da cera al significado de “cabrón”. Subir es la meta y que le peten al planeta. Trepar por una cuerda sin importar una mierda que animales, pueblos y ecosistemas agonicen ahorcados en el cabo del otro lado de la polea. Llueven pétalos de flores de plástico sobre el reguero de miseria y uranio de esta época. No voy a fingir que todo eso no me afecta ni voy a parar de dudar de una realidad a la que día tras día le salen grietas. Confundo esperanza con hipotecas. Dependencia de un futuro que no existe pero apesta. No puedo pensar con la clorada claridad del laberinto de espejos de una mente ciega. Tengo mi amor y mis principios, por ellos mi rumbo. El resto es un mundo que se asoma al precipicio. El resto es humo, que no deja ver un bosque atenazado por incendios y por máquinas. Confusión hasta en la conclusión. En fin, no elegí pero aquí nací y no por ello voy a hacerme el harakiri, ni a echar bailis a mi bilis, ni a sentir honor, ni a pintar un arcoiris por tener en mi interior aprendida una lección tomo a tomo dictada. Soy hijo mestizo del animal que puede vivir de las mil veces mil maneras y de una mancha negra que se extiende sobre el mapa, civilizada y democrática plaga. Humanidad inhumana, autoengullente interrogante como el de cómo entender o hacer las cosas bien ante el constante instante que va siempre por delante. Ya sabes: la insoportable levedad del ser (o del tener que querer ser “no sé qué” o yo qué sé…). No hablo de sino desde mi vida, de la ausencia de destino, de que este asfalto no es camino y va sacando a relucir nuestras rótulas borrando sueños, borrando dudas, omitiendo heridas. (Pero) Tengo una conclusión hasta en la confusión, hasta en la sorda ceguera de esta guerra extraña. Y es cuidar el pellejo de los detalles del espejo y del buen rollo tipicorro de esta ciudad fantasma. Tener leña preparada, llena la despensa, el aroma de algo bueno sobre el fuego, amor y respeto, y no hace falta nada más, muchacha, en el refugio de nuestras sábanas. Manener mi mente insana en un cuerpo sano. Ágil, fuerte, en la montaña, siempre (100%) vegetariano. Y disfrutar de lo que aun vive en el invierno y de lo que aun no han encontrado en el verano… Y en selecta compañía de cómplices y amigxs regar y cuidar semillas de revuelta que, escondidas en las rendijas e imperfecciones de cada esquina, quién sabe, igual, algún día, germinan.
3.
Vete con tu flow a Salou.
4.
Con paso triste, siempre de paso. Perfil de un otoño fósil en los ojos. Soldados de plomo. Veteranos de las calles del viejo Logroño. Viejas piezas oxidadas soldadas al trabajo, a vaso tras vaso de vino barato y malo, a la metralla amarga enquistada en el estómago, a la vacuidad y sencillez de estrujar y dejar caer cada día dos cajetillas de tabaco. Hombres comunes y extraños, sacos de paradojas: -en la cuerda floja- caminando sobre el abismo de la exclusión social, pero llevando puesto el disfraz de la mascota del barrio. Incapaces, aturdidos, campan a sus anchas por sus angustias, y hace ya mucho tiempo que engulleron de un trago el contenido del vaso medio vacío. Les suena a chino lo poco que conocen, y lo poco que conocen lo conocen demasiado. El barrio, la gente, el matrimonio, los hijos… la pelusa del ombligo. Felicidad y facilidad en televisión, pero en las calles historias de miedo. Libertad de elección entre ficción o depresión, doble filo de un cuchillo metido en el cráneo de aquello que hace un tiempo era “pueblo”. Menos “eñes” y menos hostias, esta ciudad en verdad debería llamarse Logroformo. ¿El lugar ideal para que crezca un niño? yo tampoco sé, Puskas, de dónde sacan esas mierdas. Ellas, ellos, naufragio universal, lenta deriva que no se priva de nada sin sentido. Habitan un lugar levantado junto a un río, Ebro, que lleva cinco décadas podrido. Algunos son buenos tipos, algunos malos. Todos sin colmillos. Lobos solitarios. Adictos al hábito no saben preguntarse por qué el camino a esta emboscada estaba tan bien señalado. Nostálgicos de un pasado traidor. En el setenta y cinco el abuelito asesino murió, y tras un plis plas de varita y chistera, bluf de humo, mangas remangadas, niaraná… nada había pasado, pero todo había cambiado. Anunciaba el progreso el reestreno de lo viejuno. Incordiaban cuatro estúpidos inoportunos… “¿obreros y burgueses casi en el siglo XXI?”. Todos televidentes, evidentemente todo bien. Todo tan bien, tan eroico y demócrata… “libertad” con mayúsculas y sin interrogantes, ni lo importante importaba ya. En la cacareada arcadia de sota, caballo y rey donde extramuros el rey era el caballo. Napalm en vena para una juventud rebelde sin causa, sin una sola causa de su lado. El dinero, el sueño euro-americano ocupaban el escaño del dios cristiano. Lo indicado como normal imperaba con descaro, y el daño del engaño se haría intangible con los años, hasta hoy. Pobres con algo de dinero. Trapecistas en avenidas de clavos ardiendo, de horizontes colapsados por hitos publicitarios y por el inmóvil desfile de sus bloques de viviendas. Hacinados pero aislados, destilados. Frías sus manos ante el carbón de una tristeza inconfesable (indescifrable), extraño tesoro, tripas anudadas fermentando odio. Soldados de plomo, habitantes del Logroño. Cementerio de sueños lleno de bares. Respiran por nada, por que la vida pase. Y pasa entre migajas y cristal de duralex. Desayuno sin diamantes, a las nada y media, bajo la sucia luz de un tubo florescente. Puerta, escalera, puerta, calle, cigarro, mirada errante que barre la acera. Sin novedad ni frente, en este belén viviente todo es de siempre, de hierro y piedra. Piedra, hierro, siempre. Como los dos jodidos puentes. Felicidad y facilidad en televisión, pero en las calles historias de miedo. Libertad de elección entre ficción o depresión, doble filo de un cuchillo metido en el cráneo de aquello que hace un tiempo era “pueblo”. Felicidad y facilidad en televisión, pero en las calles historias de miedo.
5.
Presidente de Estados Unidos, sólo un asesino puede querer ser eso. Presidente de Estados Unidos, sólo una cucaracha puede querer serlo. Barack Obama, asesino. Barack Obama, maligna cucaracha. Yo no soy racista y a mí (ese producto) no me engaña. A mí poco me importa que ese tipo sea negro. A mí lo que me importa es que sea, a mí lo que me raya es que haya un jodido presidente de Estados Unidos.
6.
Nada es de nadie. De nadie es la calle. De nadie es la noche. Esta noche no pierdas detalle, que va a haber terapia de choque contra el infame dictado del coche y sus secuaces urbanista policiales, que convierten el espacio común en un inerte vial, impermeable lanzadera de misiles que encaja la ratonera privada de cada cual con su celda de trabajo o con el centro comercial. Éste es el plan, la cosa va de… sacar las bicicletas, juntarnos con colegas y montar una fiesta sobre ruedas que te cagas. Ser llave inglesa lanzada en la maquinaria, corear canciones, aunar emociones y apagar el tic tac tic tac de la ciudad. Gris, cuadriculada, aburrida, siempre igual. La vida es así o la hace así este lugar diseñado para fabricar ese bicho raro necesario para el buen funcionamiento del mercado (el cruce de un obrero con un tetrabrick): el perfecto ciudadano. La circunvalación de esta ciudad es el inicio de un círculo vicioso que me saca de quicio. Recordemos, comprendamos corazones mutilados por el trágico tráfico motorizado que en las bajeras de los pueblos, balcones y trasteros se oxidan y se cubren de polvo y telarañas nuestras armas. A las armas! bicicleterxs del mundo uníos! Mueve tus caderas, que no pare la cadena, siente el poder de la fuerza de tus piernas en las ruedas. Mira que aparecen más chavales por las calles laterales haciendo escraches a base de derrapes. Ritmo salvaje, locura biker, gritos apaches, el Páramo arde. El asfalto tiembla… “¿qué es esa polvareda?” se preguntan, mano en boca, intrigados peatones. Es brecha callejera de vida plena, elegante manada de Ciclobisontes. En las terrazas, señoras adictas al bitter-kas abducidas por sus mechas se tragan el bolso, cierran los ojos y se aferran a las patas de la mesa convencidas de que algo malo va a pasar… “la juventud, qué vergüenza”, au revoire ranciedad Logroñesa! las farolas son estelas que van quedando atrás, una tira líquida maquilla mi mejilla desde el lagrimal. Bengalas de realidad. Armonía y caos en horizontal, a golpe de pedal. Todo nítido, todo sencillo, todo más claro. Contenido contenido en la situación. No hace falta pasta, ni drogas, ni permisos, pero no puede faltar la música: escuchando Limp Wrist y Public Enemy saca al Escartín más rebelde que hay en ti. Escuchando Raiser o Sidechain saca al Escartín más salvaje que hay en ti… Éste es el plan, la cosa va de… sacar las bicicletas, juntarnos con colegas y montar una fiesta sobre ruedas que te cagas. Ser llave inglesa lanzada en la maquinaria, corear canciones, aunar emociones y apagar el tic tac tic tac de la ciudad.
7.
Gritos de “Viva Cristo Rey” y “Arriba España”, ruidos de motor de un convoy de coches y camionetas, aclamaban y parían una grieta negra que se abría, tras ellos, por la carretera… Grieta abierta, herida hecha profunda a conciencia con idea de que no pudiera cerrar, con idea de partir en dos las plazas de los pueblos y ciudades de esta tierra. Eran días de verano, de hace no tantos años, en los que nadie esperaba que aquello que contaba la radio, lo de aquel golpe militar lejano, se iba a hacer real viendo llegar al lugar a hombres armados de pueblos cercanos con ojos en sangre, gesto amenazante y una lista aun vacía pero sedienta de nombres en sus manos. Se confirmaba la guerra sin frentes ni soldados ni batallas. La vida se congelaba. Pero esa brusca toma del poder en estas plazas iba a ser algo más que afianzar una retaguardia. Con placer empezaron a hacer la tarea que les había sido al detalle encomendada. Marcaron a fuego una raya en el suelo que iba a separar a los “malos” de los “buenos”. Calle por calle, casa por casa, cada persona iba a ser escrutada. La vecindad se axfisiaba bajo un telón de histeria, y de divina providencia. Desde los púlpitos de las iglesias se lanzaban llamaradas, llamadas a las llamas, proclamas masticadas… “elegid, elegid al diablo o a España”. Cobardía llamada valentía, delatar, disparar por la Santa Cruzada salvadora de la patria, vomitando nombres, llenando una lista funesta con hombres, mujeres, vecinos que no iban a misa, que las gracias al rico del pueblo no reían, que decían “de esas cosas que no sé qué decían”, …o que leían. El terror estalló de la nada. Se apagaban los colores de la tierra y de la atmósfera. Comenzaban “las sacas”, la liturgia de los disparos de madrugada. Rompían vidas y anegaban décadas tipos “hechos y derechos” sacando pecho con la chulesca dejadez de quien da al amanecer cuerpos muertos tirados en las cunetas. Era tan fácil morir. Era tan fácil matar. Es tán difícil comprender la oscuridad y la mecánica del miedo derramadas aquellos día hechos noches por amaneceres negros. No, aquí no hubo guerra, sólo grupos de civiles matando a civiles desarmados, a hermanos de pupitre, de baile y de frontón que perdían sus mirada y su voz ante la asunción de un enemigo abstracto. Escuadras de la muerte recogían la carga nocturna con la gente nombrada por la “chusma” de bien, dando pie a un método tan efectivo que sólo de pensarlo dan escalofríos: “yo no le disparé, sólo dije su nombre”, “yo ni sabía su nombre, sólo le disparé”. Reparto de tareas sencillo. Maquinaria perfecta para hacer un genocidio… Las listas se acababan pero había que ampliarlas. La espiral de masacre aceleraba con velocidad. Era cosa ya de sed de sangre, posición, diversión y alarde. Se anulaba el indivuduo, todo entregado al grupo que era dueño de la noche y de un poder absoluto. Así cargada de alcohol, testoesterona y pólvora, rugía y mataba la bestia exterminadora. Eran meses de terror generalizado, inesperado, pero que muy poco tuvo de espontáneo: fue una masacre civil planificada por altos mando militares y sacralizada por altos mandos eclesiásticos. Y no mataban al azar, sino a quienes cuestionaran las relaciones impuestas de trabajo y propiedad, exponiendo sus vejados cadáveres como señales de por dónde no se podía pasar. Amaneceres atrapados por viejas manos, protegiendo privilegios feudales, abandonando en el campo cadáveres como señales de por dónde no se podía pensar. Y las familias y las viudas señaladas como escoria, sentenciadas a vivir una amenaza eterna. Tortura, ricino, rapadas sus cabezas, expropiados sus dineros y sus tierras. Les robaron hasta el duelo, sin derecho ni a vestir de negro, ni al susurro al oído de los huesos, condenadas a ahogar en el veneno del miedo cada recuerdo. Cada recuerdo. Sobre fosas de muertos y silencio de viudas se levantó el nuevo estado como un colosal estigma. Y de aquellas lluvias amargas estos lodos. Bajo estos lodos, ellxs y nosotrxs. La bestia fascista imperó en estas tierras, y heridas de muerte no pueden cerrar. Ya es historia que está en el viento y en los libros, y a la mierda con quien diga que lo tenemos que olvidar, que no lo vamos a olvidar. No lo vamos a olvidar. No les vamos a olvidar.
8.
Logroño no es Baltimore, pero en la esquina de debajo de mi casa a un grupo de chavales, gitanos, el sol de invierno les caldea la mañana… echan el día en su esquina a ver que chorra pasa, a tirar de su jugada. Es su movida. Pasan coches de policía, desfilan vecinos a los que miran. Todos los días, todos los días, todos los días cada uno en su vida… Piezas de un puzle sin bordes, semidioses del olimpo de los japos y las toses. Al corro de la papela, dialéctica suicida, a cappellas de flamenco contra luces rotativas. Espectacular decorado audiovisual para una mierda que viene escrita. Rastros de tinta a las espaldas. Personajes del guión de una acera garabateada. Callejas viejas, mentales murallas, abiertos portales, calderilla por chatarra. Mañana es el primer día del resto de una vida escrita. A un puñado de metros, en las grandes vías, criminales sillas reclinables …sobre ruedas la oficina. Las 11. Almuerzo. Cafetería. Corto y tortilla. Bocachancla. Mis vecinas paren cuesta arriba donde llegar a la cima es entrar en prisión. Materialización de un rollo, rollo gueto, que de lejos ya existía. Todos los días, todos los días, todos los días cada uno en su vida, movida escrita. Coches de policía, gitanos en la esquina y en la ventana, tras el vaho, yo rallado con esta época, con esta calle, con mis manías… con que ya está el termostato seduciendo a mis manos frías. Barrio Cochambre, antiguo tirando a viejo. Rancios visones sobre costillas y pellejos. Realidad ignorada, adicción a los abstracto, el pacto con el espectáculo es no estar donde estás. Tipos vestidos de marciano quitan pintadas. Sangre en las manos, jabón en la cara. Sábados de pijos, farlopa y cubatas. El resto de madrugadas, mecheros bajo plata. Callecitas cool en un gueto cutre. Cosmopolillas postmodernas en su pajilla mental, viviendo a través de un personaje otorgado por el rollo guapo de un pozo de mierda cultural. Todos los días, todos los días, todos los días, cada semana… y yo esta mañana de ruido de campanas, cafetera y pijamas, entre dos aguas. Duda existencial que confunde y acompaña: pantalla, o ventana. Pantalla o ventana. Barrio Cochambre. Callecitas cool en un gueto cutre. Logroño no es Baltimore. [Logroño no es Baltimore, pero hay mierda como para parar el Ebro]
9.
Se oyen los pasos de los lobos desde tu salón del trono. Colmillos y garras que harán de ti fuagrás. Aquellos días de vino y rosas, de chulería por vida vacía, nunca volverán. Extraño tipo normal de tiempos absurdos, qué crudo lo tienes, chaval, tan incapaz de ver al facha que llevas dentro, de ver que ser un pelotilla advenedizo ya no es garantía. Tú y y tus lujos de trivial junior, de andar por casa, no valen nada. Tus miedos se desatan. Tu rollo prefabricado de flipado, enterado, sobrado es muy cutre y ya no encaja. No agrada a nosotros, nosotras, la peña que ahora parte la pana. Ha caído el paradigma de vosotros los guapitos. Pijos, cretinos, creídos niños ricos sin un centavo, cabizbajos en la cola del paro, ahora miradnos… que hemos salido del armario, de los callejones, del extrarradio, de la escarcha de los campos. Mayoría inmensa, dispersa, segregada, marginada a golpes de tolerancia. Vuestras raras, nosotras, nosotros, vuestros raros. Solitarios, vagabundos, paranoicos, inseguros, okupas, prostitutas, creadores subterráneos, malrrollistas, embarrados, mujeres activas contra el patriarcado, heavies de barrio, inmigrantes, niños desurbanizados, veganas, anticapitalistas varias, supervivientes llamados delincuentes, homosexuales, ecologistas radicales, decrecentistas, la vieja trova libertaria, los presos, las presas, punks y skins… ya era hora de vernos así! unidos hermanos en común centrifugados. En común la experiencia de vivir viendo la diferencia entre vuestra realidad y la jodida realidad ¡la jodida realidad! en la que vosotros, talibanes de lo normal, tendréis que espabilar, aprender a nadar, mirar hacia dentro y encontrar las claves que os han hecho ser tan imbéciles. Nosotras, Nosotros, hombro con hombro, de los escombros sacamos rock and roll y falafel. Hemos crecido viviendo la complejidad de historias no escritas en agencias de publicidad. La cosa está contra vuestro status quo, la ultracomodidad se ha ido a tomar por culo: chalet tocho, coche chulo… futuro nulo. Aquí aguantaremos el tirón en el bosque de Sherwood. La niebla. Las hayas. Cabañas en las ramas. Montañas de sueños dibujados en las cloacas. En la cara, el viento helado de estas cimas invoca lágrimas, pero aclara las ideas. Por retales hechos. Perros lobo. Almazuelas suturadas entre mente y entrañas. La evidencia con elegancia omitida en nuestras miradas será nuestra venganza. La venganza… la venganza de los raros. La venganza de las raras. La venganza de los raros.

credits

released April 1, 2013

.

Grabado, mezclado y masterizado por Victor Rubio en Blue Planet Records (Logroño) en Febrero y Marzo de 2013.

Grafismo e ilustración por Javier Jubera.

Todos los temas escritos y producidos por Perro Lobo (Javier Cenzano y David Merino), bajo licencia Creative Commons.

¨Botón de autoreverse¨ contiene samplers de ¨Take a straight look at a crooked world¨ de Active Minds.

La letra de ¨La Rioja 1936¨ está inspirada en el texto ¨Lo que pasó aquí¨ de Carlos Gil Andrés, incluido en el libro ¨Aquí nunca pasó nada¨ de Jesús Vicente Aguirre.

license

tags

about

Perro Lobo Logroño, Spain

contact / help

Contact Perro Lobo

Streaming and
Download help

Shipping and returns

Report this album or account